31.12.12

Envidia.


La amistad en cualquier parte del mundo es muy importante, valiosa tal vez. ¿Alguna vez os habéis parado a pensar “estoy celoso/a de él/ella”? Yo me lo he planteado millones de veces y afortunadamente siempre la respuesta es un rotundo NO. Me alegro, e incluso me siento orgullosa porque veo de lo que es capaz de lograr por sus propios méritos. Cada vez que saca más nota que yo, cada vez que hace una exposición increíble, o incluso cuando besa al chico más guapo me siento aún más orgullosa de ella. Me paro y pienso “tengo que mejorar”, pero no por simple envidia ni por intentar ser mejor, sino porque me intento poner retos, intento ser como ella para poder comprenderla, para poder seguir con esa persona importante hasta que el destino lo decida. Es que no entiendo porque existe eso de envidia, si es tu mejor amigo o más conocido actualmente como “mma” ¿Por qué tengo que sabotearle algo?, ¿decirle que no estudie, o que deje de estudiar? ¿No se supone que quieres lo mejor para tu mejor amigo? 

Me he preguntado varias veces porque existe ese sentimiento llamado envidia. Porque queremos tener todo aquello que no está a nuestro alcance. Me encanta la reflexión que dice no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita, y me encanta porque sé que no necesitamos todo aquello que vemos para ser felices. 

Si cada vez que una persona que te importe, va a ser algo en lo que sobresalga y te vas a mosquear, o no lo vas a valorar, ten constancia que tal persona se va a ir alejando lentamente de su vida hasta que un día te preguntes ¿por qué ya no estamos unidos como antes? Estoy de acuerdo que hay veces en el que la envidia es buena, te das cuenta de que podías haber dado más de ti, pero no es motivo suficiente para hacer daño a nadie, para sabotearle, para engañarle, o para insultarle. 


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No está bien ser envidioso, pero tampoco lo está querer ser envidiado.

2 comentarios:

  1. Me quedo con esa ultima frase
    qué razón!
    Un beso y feliz año nuevo!!
    May R Ayamonte∞

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  2. Preciosa entrada, si me permites la intrusión, me gustaría citar a San Ignacio de Loyola:

    NO EL MUCHO SABER HARTA Y SATISFACE EL ALMA...
    ...SINO EL SENTIR Y GUSTAR LAS COSAS INTERNAMENTE

    A lo largo de estos años aprendí que mas allá del conocimiento metafísico de las proposiciones de la vida, éstas no pueden llevar al ser humano a la plenitud, sino el sentir que somos, y que sentido tiene lo que somos y hacemos en nuestra vida.

    Gracias por tu entrada, por tu frescura espontanea y tu criterio ordenado y bien definido.
    un salU2
    Atentamente
    Idea Consultores

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