28.8.14

Mi mundo.

Hoy me siento más extraña que nunca. Llegó el verano hace dos meses, aproximadamente, y con ello personas de fuera, personas que no conoces y personas a las que deseas conocer.

La llegada del verano siempre es esperada, pero creo que esta vez no quise que empezara el verano. Aunque a medida que avanzó el verano, día tras día, y sol tras sol, no quise que se acabase porque tenia una de las mejores compañías que tuve hasta hace dos años.

Pero este verano, aunque su marcha me haya dolido como un puñal que atraviesa mi corazón lentamente, sé, que los pocos días que quedan de fiesta, los días de sol y playa, serán mejor, o eso espero, porque como me dijo mi madre, lo último que muere es la esperanza, y por eso me siento rara, en un universo donde no importa que lleves puesto, ni el color de tus ojos, porque a partir de ahora viviré en mi mundo, un mundo en el que lo único que importa es tener y mantener esa preciosa sonrisa que sale del corazón.

Moriré riendo porque nací llorando.

21.8.14

Mi mayor miedo.

Al principio pensé que mi mayor miedo era la soledad, pero ahora se que no es eso exactamente.

Todo empezó cuando le conocí, una mordida y poco más bastó para quererle como algo más que un amigo. 
Llenó mi interior de mariposas, y no pude dejar de pensar en el hasta que se acabó la clase de matemáticas.
Todo avanzó según su curso (tal como diría mi hermana), no me habló más durante un tiempo, y a medida que olvidaba su apasionada (y dolorosa) mordida en mi mejilla, me olvida de el también; hasta que llegó "la gran noche", una noche en la que todo se me hizo posible. "Hay leche y cereales en la nevera, ¿cenamos algo? ", algo así es lo que recuerdo de aquella madrugada, acompañado de la frase que jamás olvidaré "mira por ventana (...) ¡bien! mielpoops!(8)". 
Desde ahí comienza mi miedo, mi miedo a sentir; a sentir amor por alguien, algo que después de un año y varios meses de relación sigo recordando, porque sigo sin ser capaz de vencer el miedo a dejar que alguien me pueda amar.
Mis amigas dicen que es por la mala experiencia que tuve, pero sinceramente creo que no es eso exactamente, me da miedo ser la responsable del dolor de alguien, otra vez. Lo último que quise es hacerle daño, y creo que soy la última persona que quiere ver en su vida.
Y tengo que confesar otro miedo, el más duro de asimilar, el miedo la culpabilidad por haber herido a otras personas... donde nace la pregunta, ¿fue culpa mía?


Por, La Pija.